En esta ocasión recupero la crónica de la Manada 2014 escrita por mi copiloto y amigo Yago.
Etapa 1: Madrid-Algeciras.
A primera hora quedamos mi piloto y yo con otro equipo en Alcorcón para ir a un taller a que revisen un par de cosas del coche que no están bien del todo.
Los silentblocks del brazo en «A» de la suspensión trasera han muerto después de 270.000 km y 17 años de duro trabajo. Hay que cambiarlos, pero los tornillos no quieren aflojarse. Después de más de dos horas de dura lucha, los mecánicos consiguen soltarlos y cambiar las piezas viejas. Aprovechan para cambiar la bomba de gasoil que pierde un poco. Después de purgar el circuito, salimos por fin hacia nuestro destino de hoy. Pero son ya las 15:30.
Comemos un bocadillo rápido por el camino. Paramos en Granada a descansar un poco y tomar un café y seguimos.
Llegamos al hotel a las 23:00 y, aunque la cocina ya está cerrada, nos preparan algo rápido.
Nos tenemos que ir pronto a la cama, que mañana hay que estar a las 8:30 en la cola del ferry.
Etapa 2. Algeciras-Khenifra
A la hora convenida nos juntamos toda la Manada en el desayuno del hotel y salimos hacia el puerto. Roger y Pedro salen de Madrid de madrugada por avería y conducen toda la noche para llegar a tiempo al barco. El embarque es rápido. Llegamos a la hora a Ceuta.
En la frontera no nos entretienen mucho y pasamos relativamente rápido.
Paramos en el arcén a cambiar la bomba de alimentación de nuestro coche, que ha muerto definitivamente.
Un pequeño malentendido al salir nos deja con tres coches rezagados. Decidimos tirar directamente a destino, sin pasar por la playa, que era la ruta original, para no retrasarnos mucho. Las carreteras marroquíes son una lotería y lo mismo avanzas mucho, que tardas dos horas en hacer 70 km.
En la autopista a Benito se le rompe la bomba del agua. Por suerte lleva un reloj de temperatura de la culata y paran a tiempo de salvar el motor. Hacen una reparación de emergencia y paramos a comer en un área de servicio. Roger, Josep, Sergi y Benito deciden ir a Kenitra a intentar reparar, pero es viernes por la tarde y ya está todo cerrado. Se quedarán allí y mañana lo intentarán de nuevo.
El resto del grupo seguimos a destino. Paramos a tomar un té en la carretera. Llegamos a Khenifra sin novedad sobre las 21. Allí, en el hotel, nos espera Reyes que ha venido desde Murcia vía Almería-Melilla a su aire. Cenamos en amor y compañía y quedamos en salir mañana a las 8:30 que nos espera etapa larga.
Etapa 3. Khenifra-Acampada en el Atlas
Madrugamos para salir pronto del hotel. Hoy la ruta es larga. Entramos en el Atlas.
Este año tenemos como novedad que Gus y Julio se han traído dos emisoras y una pedazo de antena y van a poder hablar con cualquier parte del mundo sin necesidad de parar. La banda sonora del coche de Gus será, durante todo el viaje «Charlie November Zri Iuniform Victor, Kiu Ar Zed» (CN3UV, QRZ). Julio ha conseguido un indicativo de llamada marroquí para hacer contactos de forma legal desde aquí.
Nada más salir de Khenifra cogemos una pista que nos lleva directamente al cañón de un oued (un río). Debido a las lluvias de las últimas semanas el río baja bastante crecido, pero deja espacio suficiente en el cañón para circular. Cada dos por tres tenemos que meternos en el agua para ir buscando el paso fácil. Pero las piedras del lecho del río no se ven. Los coches sufren mucho. Se llevan golpes por todas partes.
En un momento dado tenemos que para para quitar el amortiguador de dirección. Se ha llevado un golpe desde abajo y no nos permite girar el volante a la izquierda. El resto del grupo decide parar a comer.
Después de comer salimos del cañón y nos vamos por pista en busca del punto de acampada. Nos hemos retrasado del orden de 3 horas en el paso del cañón.
La dureza de este tramo nos ha dejado baldados, y se nos hace de noche, por lo que buscamos un sitio para acampar bastante antes del punto previsto cerca de Tatiouine.
Ya de noche cerrada, montamos el campamento, cenamos, y después de unas risas e historias, nos vamos a dormir. Mañana nos espera un día igual de duro que hoy.
Video día 27
Etapa 4. Atlas-Acampada cerca de Talsint
Nos levantamos con el sol. Ayer, sin verlo, acampamos en lo alto de una explanada que se abre sobre el cañón del Jaffar.
Las vistas son espectaculares.
Desmontamos el campamento y a las 9:00 estamos en los coches listos para bajar al cañón y pasar por el desfiladero. Nada más bajar, ya nos encontramos las primeras dificultades. Nuestro coche se queda sin frenos. El agua de ayer ayudó a desgastar de más las pastillas traseras de freno y por los continuos golpes, se perdió una de ellas, haciendo que el pistón de la pinza de freno se salga y perdamos todo el líquido por ahí. Por suerte, alguien del grupo lleva pastillas de repuesto y podemos reparar la pinza y poner esas pastillas usadas.
La lluvia ha desplazado rocas enormes que cortan el paso. Tenemos que apartarlas y hacer hueco a los coches. Nos lleva un par de horas hacer un solo paso difícil. Lo más rápido que podemos vamos a la salida del cañón para poder continuar la ruta.
Salimos por pistas que nos llevan por zonas altas del Atlas. Estamos, casi de forma continuada, sobre los 2000 metros. La tierra aún está húmeda por las lluvias de los últimos días, y hay barro en muchos sitios. Llegamos a un punto, cerca de Middelt donde nos encontramos a un grupo de moteros españoles que no pueden pasar por la cantidad de barro en una de las pistas.
Hemos acumulado mucho más retraso.
Por la emisora empezamos a oir al grupo de rezagados. Nos dicen que fue imposible reparar el coche de Benito en Kenitra y que Roger y Pedro fueron conduciendo toda la noche hasta Zagora (eso es casi atravesar el país entero) porque es el único sitio donde han conseguido encontrar una bomba de agua. Mientras tanto, Josepo remolca a Benito hasta Middelt. Se le avería la bomba de la dirección, pero la cambian y siguen ruta. Nos cuentan que en los peajes de la autopista no les dejan pasar a los dos coches juntos, por lo que tienen que desenganchar a Beni, empujar el coche por la barrera, y volver a enganchar para seguir.
Roger y Pedro se reúnen con ellos en Middelt, reparan, y sin dormir en casi 40 horas vienen a nuestro encuentro. Aprovechamos para comer mientras llegan.
Continuamos la ruta por pistas, atravesando pueblos donde todos los niños y no tan niños salen a saludar o a pedirnos algo. Están acostumbrados a que los turistas les lleven siempre bolis caramelos, ropa… Y ellos piden sin vergüenza ninguna. Algunos se enfadan cuando les dices que no tienes nada.
Llegamos a una pista que se ve recién reparada. Las lluvias torrenciales se la han llevado en cada barranco y están reconstruyéndolas. Adelantamos a las máquinas y las cosas se ponen feas de verdad. Constantemente hay que buscar pasos alternativos.
Decidimos acortar la ruta buscando atajos, el retraso que llevamos es muy grande y no podemos permitirnos más.
Vamos por pistas y por zonas donde ninguno de nosotros ha pasado nunca y nos surgen algunas dudas de por dónde seguir. En los pueblos todo el mundo nos dice que «la piste est fermée», pero nunca es así. Siempre hay paso.
Se nos hace de noche una vez más. Y esta noche hay algo distinto. Intentamos tirar por la pista marcada, pero está muy rota y no se puede seguir. Retrocedemos hasta donde un sitio donde hay varias excavadoras aparcadas, y un señor mayor que está allí durmiendo nos dice que cojamos otra pista, que «la piste est bonne».
Resulta no ser cierto. Nos metemos en un berenjenal bastante grande. Se supone que teníamos que estar cerca de Talsint, pero no es así.
Votamos continuar la ruta todo lo que podamos. Cerca de las 12 de la noche, paramos ya a cenar y acampar. Hoy no hay risas ni historias nocturnas alrededor del fuego.
Video día 28
Etapa 5. «Cerca» de Talsint-Merzouga
Revisando los coches por la noche, vemos que se han roto varios. El río y las rocas del Jaffar son pruebas durísimas. Al Toyota de Luis se le ha roto el eje delantero y pierde valvulina. Hay que soldarlo in situ. Por la mañana, con la salida del sol, empezamos a reparar.
Gus tiene doblada la barra de dirección. Nosotros también. Hay otras averías menores. Ya se sabe: «Land Rover: always sick, but never dies». Cuando acabamos con esas reparaciones menores, gran parte del grupo sale a hacer la ruta, pero atajando mucho, para no meterse en sitios complicados que nos retrasarían aún más. Nos quedamos Luis y Mario, Reyes y Juan, Gus y Julio y Jose y yo para soldar el eje del Toyota. Casi dos horas después, el coche está arreglado y podemos ir al encuentro del resto del grupo.
Nos acercamos a Talsint con la intención de ir desde allí a Merzouga y entrar en el Erg Chebbi para dormir y cenar en el oasis de Ibrahim. De camino paramos a repostar en Boudnib. Pero en este pueblo no hay gasolinera. Está demasiado cerca de Argelia y hay mucho combustible de contrabando, así que no sale rentable poner una. Tenemos que repostar gasoil de «garrafón», literalmente. Comemos en el camping Rekkam, que está cerrado por reformas, pero nos hacen la comida.
Salimos hacia Merzouga, pero las pistas normales están cortadas por las riadas, así que un chaval del pueblo nos guía a los doce coches en bicicleta hasta la pista buena. Se ha ganado la propina.
Atravesamos otro oued y ya cogemos la pista buena, una recta espectacular de varios kilómetros de longitud que se ve perfectamente en Google Earth. Pero llegando a una cordillera, la pista está abandonada y hay que coger alternativa. Nos lleva a lo alto de un cortado que nos deja unas vistas increíbles de la hamada.
Empiezan a surgir dudas de que lleguemos al Erg Chebbi al oasis de día. Tras varias discusiones, siempre pacíficas, se decide que no es seguro llegar a las dunas de noche y acampamos junto al precipicio del oued de Erfoud.
Como llegamos a la acampada relativamente pronto, hoy sí que hay sesión nocturna. Pero antes, hay que cambiarle un palier trasero al coche de Roger.
Video día 29
Etapa 6, Oued de Erfoud-Ouzina
La etapa prevista para hoy, era de descanso, con pocos kilómetros y facilita, para llegar a una hora decente al albergue Ouzina Rimal. Pero tenemos que recuperar el tiempo y la distancia perdidos a lo largo de los días.
Madrugamos otra vez y salimos hacia Merzouga. Allí hay que repostar sí o sí.
Vamos por pistas paralelas a la frontera de Argelia, a unos 20 km de ella. Paramos en un oasis y echamos un par de garrafas de gasoil en un par de coches. Luego ya seguimos por un oued de arena hasta Merzouga. Breve parada en la pista porque a Beni le ha pasado lo mismo que a nosotros con la pinza de freno. Después de repostar agua y gasoil nos metemos de lleno en el Erg Chebbi. Hacemos unas pocas dunas y vamos al oasis de Ibrahim a comer.
Después de comer, Ibrahim y su gente nos hacen un espectáculo de percusión. Nos vamos, hacemos unas pocas dunas más, pasándolo bien, atravesamos el erg y pasando un pedregal, nos vamos a otro, que tenemos que atravesar, subiendo una duna grande. Y ya, de ahí, por otro oued de arena que tiene dunas bajas, ya de noche otra vez, llegamos al albergue de Ouzina.
Después de ducharnos (¡qué gusto después de tres días de polvo y desierto!) y cenar, nos dan otro recital de percusión bereber, y a la hora de escribir estas líneas, aparece una guitarra y Mario nos toca unas pocas canciones que todos coreamos. Mañana no hay que madrugar tanto.
Video día 30
Etapa 7, Ouzina-Tagounite
Desayunamos en el albergue en mitad del erg de Ouzina y, sin preliminares, nos metemos en las dunas a primera hora de la mañana. El coche de Beni, que ya tiene sus añitos, se queja y se le rompe la cruceta del árbol de transmisión delantero. Se queda un grupo en la puerta del albergue a reparar y el resto tiramos. Pero en los 100 primeros metros de dunas, el coche de Gus se para por aire en el circuito de gasoil. Mientras lo arreglamos, el resto del grupo se reúne con nosotros.
Entramos en las dunas y después de un rato de diversión, seguimos por la ruta marcada, que nos lleva a atravesar otros dos ergs y varias hamadas enormes. Paramos a comer junto a un pozo en mitad de la nada. Después nos vamos a un cortado desde donde se divisa toda la hamada entera. Pasamos por un control militar que nos recuerda que estamos cerca de la frontera con Argelia y que no podemos acercarnos más.
Seguimos ruta, y a Beni se le revienta el vaso de expansión por segunda vez. Se hace una reparación de emergencia y decidimos que cuatro coches se vayan directamente a Zagora al taller, y otros 8 sigamos ruta
La ruta nos lleva a atravesar otro pequeño erg, con dunas de medio metro, pero escarpadas como paredes. En una de ellas doblamos la barra de dirección que enderezamos el otro día. En menos de 10 minutos, la cambiamos por una que lleva Reyes de repuesto y seguimos hasta el «waypoint» convenido. Allí, Jon y Garmen están apretando los bujes traseros. Y mientras tanto, aparece un señor en pick up con matrícula de Qatar que nos explica que es el guarda de una reserva de caza con cetrería que pertenece al príncipe de Qatar y que estamos dentro de ella. Como no somos cazadores, no hay ningún problema, nos indica la pista adecuada para Tagounite y nos vamos para allá.
Para variar, se nos hace de noche y decidimos continuar hasta el final de la ruta de hoy, que es una acampada en mitad de un cráter. Nos sorprendemos porque exactamente en el punto que habíamos marcado como acampada, ya hay instalado un grupo de camiones «camper» 4×4.
Cenamos, tenemos sesión nocturna de risas e historias y nos sorprende una tormenta. Mañana veremos cuánto llueve esta noche…
Video día 1
https://youtu.be/ejluPh93Gso
Etapa 8, Circo de Tagounite-Erg Chegaga
La tormenta durante la noche nos ha dejado bastante lluvia y mucho viento. Muchísimo. No obstante, el suelo está seco por la mañana. Cuando despertamos, los camiones que estaban cerca, ya están saliendo.
Como estamos cerca de Zagora, decidimos ir al taller de Mohamed el Gordito a que nos revise todos los coches y repare los que están rotos. Comemos en Zagora y después salimos por carretera a M’Hamid para entrar al Chegaga por el oued de arena.
Hacemos un pequeño «briefing» y Gus nos dice que nos olvidemos de la ruta marcada, y que pongamos en el navegador el punto de acampada como único destino. Cada uno llegará al punto como pueda navegando libremente.
Salimos Luis y Mario y nosotros y enseguida encontramos la pista por el oued de arena. Pronto dejamos de oir a la gente por la emisora. Salimos del oued y pasamos por una gran hamada en dirección a las dunas, que se ven a lo lejos. Cuando las alcanzamos, tenemos que ir esquivando unas dunitas pequeñas pero muy picudas y tenemos que esquivar el mogollón de haimas para turistas. Encontramos la mejor ruta por las dunas al destino y llegamos los primeros. El punto es un circo de dunas altas.
Poco a poco van llegando los demás. Les vemos venir desde lo alto del circo de dunas. Hay un grupo que se ha rezagado porque el coche de Josepo tiene algún problema, así que se quedan a esperarles. Finalmente, ya de noche, llegan todos.
Cenamos y nos juntamos alrededor del fuego para comentar la etapa de hoy. La sesión se alarga hasta altas horas de la madrugada.
Video día 2
Etapa 9, Erg Chegaga-Foum Zguid
Despertamos entre las dunas cuando sale el sol. Recogemos todo.
Tres coches (Benito, Josepo y Roger) se van al hotel directamente por pista. Atravesar el erg con los coches tocados puede complicarse mucho. Los demás nos metemos directamente en el erg dirigiéndonos hacia la Gran Duna. El camino está complicado. Las dunas de este erg son muy puntiagudas. Vamos despegando algún eje del suelo en muchas de ellas. Varios coches se atascan y se les rescata rápidamente.
Julio se emociona porque consigue hacer un contacto con un indicativo «zulu delta» que creemos que es de Nueva Zelanda. El contacto es importante, primero porque llega a la otra punta del mundo, y segundo porque no todos los días contactan un «charlie november» (Marruecos) con un «zulu delta» (Nueva Zelanda). La hazaña de Julio está revolucionando el mundo de la radioafición, porque Marruecos es un país militarizado y la radio está muy controlada por el ejército. Muy pocos marroquíes consiguen su licencia, así que, que le den una a un extranjero para operar en Marruecos es algo grande.
Al coche de Jon se le rompe un rodamiento trasero y nos damos cuenta en el mismo momento. En lo alto de una duna, en menos de 40 minutos, se le cambia por uno nuevo y continuamos. Un poco después, Jon y Xabi se quedan en una posición comprometida. Se les rescata y Jon decide que Yon conduzca su coche hasta que salgamos de las dunas.
Salimos del erg y vamos hacia un punto en medio del lago Iriki donde paramos a comer. La temperatura ambiente ronda los 50 grados al sol y 43 a la sombra, así que comemos debajo de los toldos.
Mientras comemos, nos adelantan los camiones del día anterior. Pasamos a saludarles y seguimos nuestra ruta por esa hamada enorme que es el Iriki. Se nos descuelga un poco el tubo de escape. Lo colocamos con ayuda de Yon y Jon y nos juntamos con el resto del grupo.
De repente nos damos cuenta que falta Sergi. Le llamamos por la emisora, pero no le oimos contestar. Yon e Ikutz y Gus y Julio se van a deshacer la ruta para ver si le encuentran llamándole por la emisora. El resto seguimos ruta hacia el hotel.
Cuando llegamos, vemos que Sergi está en el hotel. Ha atravesado una cordillera por donde no había paso y ha llegado al hotel. Nos oía llamarle, pero nadie le oía a él. Julio, con la emisora consigue contactar con un radioaficionado de Cádiz que llama al teléfono marroquí de Sergi y consiguen hablar con él, así que vuelven todos al hotel.
Nosotros descubrimos que hemos agrietado la carcasa del grupo delantero por una pedrada y que hemos pinchado. Jose y Luis se van al pueblo a reparar el pinchazo, pero no hay luz y todo está cerrado. Mañana lo intentaremos de nuevo y repararemos el eje.
Hoy ha sido un día durísimo. Por la emoción, por la adrenalina, por el calor… Estamos todos muertos. La piscina del hotel es nuestra salvación. Aún encontramos fuerzas para estar de charla un rato después de cenar, pero poco.
Video día 3
Etapa 10, Foum-Zguid – Marrakech
La Manada 2014 ha acabado. Casi todo el mundo vuelve a casa ya. Sólo cuatro (Gus, Salta, Porcuatro e Ikutz) se quedan un día más a hacer la etapa «extended».
Primero salen del hotel Benito, Josepo y Codea, que tienen un larguísimo camino hasta el País Vasco. Intentarán llegar a embarcar en Ceuta por la noche. Sergi también va con ellos, pero se quedará en Marrakech a dormir. Reyes y Juan se irán despacito, haciendo un poco de turismo hacia Nador para luego cruzar desde Melilla. Y nosotros, con Luis y Mario, nos quedamos reparando la grieta del grupo delantero.
La despedida, como todas, se hace un poco amarga. Pero en el fondo estamos contentos, porque tenemos ganas de volver a ver a nuestras familias y pronto volveremos a vernos en una aventura parecida. En este tipo de viajes se hacen grandes amigos.
Cuando acabamos, nos damos una ducha rápida y emprendemos camino a Marrakech. Vamos a ir por la terrorífica carretera N9, que atraviesa el Atlas por el puerto de Tizi’n Tichka, de 2260 metros de altitud. Hay mucho tráfico, mañana es la Fiesta del Cordero, que para los musulmanes es como la Navidad para nosotros. Se junta toda la familia en casa y matan un cordero (con esos controles sanitarios tan exhaustivos que tienen en Marruecos, se entiende), así que está medio país yendo a reunirse con el otro medio.
Mientras llegamos a la nacional, vamos oyendo intermitentemente a los de la «extended» por la emisora. Les saludamos e informamos de que vamos bien.
La subida al puerto es lentísima. Camiones viejos, autobuses viejos, furgonetas viejas, coches viejos, carros con burros, motos, bicicletas y peatones hacen las delicias de todo conductor. Y además, nos encontramos a una grúa remolcando un autobús puerto arriba a la pasmosa velocidad de 15-20 km/h. Se lleva enormes broncas del resto de conductores porque no se aparta para dejar pasar. Por fin podemos adelantarle y seguimos a una velocidad más normal.
Durante la bajada oímos intermitentemente por la emisora al grupo vasco. Cuando la comunicación es clara, nos dicen que están unos 20 km pasado Marrakech. Y nosotros estamos a 70 antes de llegar. ¡El alcance de las emisoras en ese momento fue de casi 100 km!
Nos despedimos de ellos y continuamos ruta. Cuanto más cerca estamos de la ciudad, más tráfico hay. Y a todos esos vehículos que he comentado antes, hay que sumar a todos los que se llevan corderos a casa para matarlos mañana en casa. Llevan a los corderos en carros, motocarros, coches, furgonetas e incluso motos.
Al llegar a Marrakech, el navegador nos juega una mala pasada y nos mete directamente en la Medina. Después de bloquear un par de calles, salimos de la Medina para llegar al hotel rodeando la ciudad.
Nos duchamos y nos vamos a cenar algo rápido al McDonalds y luego a dar una vuelta por el Zoco, ver el espectáculo en que se convierte la plaza de Jemaa El Fna por las noches y tomar un té en la terraza del Café de Paris.
De vuelta al hotel pasamos por un par de «garitos» de moda, y la fiesta está bastante apagada. Como mañana es fiesta… Nos vamos a dormir que mañana nos espera la apasionante autopista.
Etapa 11, Marrakech-Granada
Hoy es la Fiesta del Cordero en Marruecos. Las calles siempre bulliciosas de Marrakech están desiertas. Los tres coches salimos del hotel y no encontramos nada de tráfico. Salimos a la autopista y no hay nada de tráfico. Pasamos kilómetros y kilómetros y no encontramos nada de tráfico. Lo más interesante que nos encontramos hasta Ceuta es una oveja atropellada por un BMW. Ni siquiera encontramos tráfico al atravesar Rabat.
Llegamos a la frontera. Pasamos en 15 minutos. No hay colas. No hay gente. Está todo el mundo en su casa de fiesta.
Llegamos al ferry de las 20:30 después de coger algo de cena. Cruzamos el estrecho y salimos dirección Granada. Al pasar por Málaga nos paramos a tomar un café y despedirnos de Sergi y Zapata. A ellos les quedan 1000 km hasta Barcelona.
A unos 40 km, volvemos a parar porque llevamos un faro fundido. Decidimos que, como ya son las 0:30, pararemos en Granada a dormir y mañana seguiremos hacia Madrid.
Etapa 12 y última, Granada-Madrid
No nos hemos levantado pronto. Sobre las 10. Ayer llegamos reventados al hotel. Nos duchamos, recogemos, y salimos. Paramos a desayunar en un bar de carretera. Por fin un desayuno español: café con leche y pan tostado con aceite.
Ya no hablamos por la emisora. No tenemos licencia y la multa es fuerte si te pillan.
Llegamos a Pinto. Comemos algo y nos despedimos de Luis y Mario. Jose y yo vamos a un taller de Móstoles a que nos revisen si el coche está bien para llegar a Asturias. Nos dicen que sí, y nos rellenan niveles.
Jose me deja en casa, que le pilla de paso, y nos despedimos con la promesa de volver a vernos pronto. Hemos congeniado muy bien.
Ya en casa empieza la tarea ardua de poner lavadoras, recoger las cosas y limpiar todo (podría construir todo un erg en el salón con toda la arena que traigo).
Por el móvil nos llegan noticias de la «extended». Están en Algeciras y se quedan a dormir allí. También nos llegan noticias de Murcia. Juan y Reyes ya están en casa. Y a lo largo del día nos han ido informando de sus llegadas los que iban al País Vasco por un lado, y Sergi y Zapata por otro.
La Manada 2014 ha tocado definitivamente a su fin. Todos están en casa o de camino.
Me llevo grandes amigos. Los que ya conocía, y los que he conocido. Una aventura como ésta une mucho a las personas.
Gracias a todos por hacer de este viaje lo que ha sido: Benito, Elpana, Josepo, Alberto, Sergi, Zapata, Javi, César, Salta, Meca, Gus, Julio, Reyes, Juan, Roger, Pedro, Jon, Xabi, Yon, Ikutz, Luis, Mario y Jose. Y especialmente a Gus, Reyes y Roger por organizar la ruta, reservar hoteles y ferrys y preocuparse de que todo fuera bien.
Muchas gracias a los compañeros de Manada por las fotografías y a Yago por la crónica.